1
Me duelen los zapatos – dijo mientras pensaba que en realidad lo que le dolía eran los pies, no "los zapatos". Aparte de eso, no me puedo quejar.
Julia tenía casi cincuenta años y un montón de problemas de los que no se podía quejar. Decidió que esos zapatos, en los que se había gastado un dineral que no podía permitirse y encima le estaban destrozando el tobillo, al menos le servirían para quejarse con cierta elegancia en las conversaciones frente a la cafetera de la empresa de marketing programático donde trabajaba.
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2
El miércoles, Lucas añadió "Llamar a mamá" a la lista "TO-DO Domingo" y la aplicación le pidió que definiera un nivel de prioridad. La prioridad baja era amarilla, la media azul y la alta roja. Mientras se preguntaba qué prioridad ocupaba su madre en su vida sonó el teléfono. Era mamá. Quería saber si vendría a cenar a casa en fin de año, como cada año desde que se fue de casa.
‍Aún no lo sé, Mama – mintió, – te llamaré el domingo para confirmar. Después de colgar asignó la categoría roja a"llamar a mamá" a la lista del domingo y se quedó pensando en las pequeñas mentiras que nos hacen la vida más fácil.

3
Para hacerse los interesantes, algunos programadores dicen que lo que les atrae de su trabajo es la belleza de la complejidad matemática.
Pero lo que el ingeniero de sistemas Konstantin experimentaba al mirar sus líneas de código se parecía más bien a la mirada de un niño que levanta por primera vez una torre de lápices de colores, la alegría de un éxito que nos extraña por la complejidad de su realización.
Konstantin acababa de terminar otra de esas"complejas bellezas" que a él le parecían torres de lápices decolores. Apagó el ordenador y se refugió en la seguridad de un éxito conocido:abrir una cerveza y prepararse la cena.

4
A Luís le gustaba Julia, que estaba casada con Konstantin, y Julia a su vez amaba secretamente a Lucas, que era el mejor amigo de Luís. Todos ellos trabajaban en Digital Moniker, una agencia de publicidad digital que, como todas las empresas de Zurich, estaba a punto de reunir a sus trabajadores alrededor de una mesa con Prosecco, galletitas saladas y servilletas con motivos navideños.
Luís utilizó la cuenta de Facebook de la agencia para mirar las fotos del perfil de Julia. Hizo"likes" en sus fotos, y luego se preguntó si Julia adivinaría que era él y no la agencia a quien le gustaban tanto sus "selfies".